1. Panorama de las drogas en el siglo XIX.
2. Breve guía de paraísos artificiales.
3. Las drogas en México.
4. Algunas "consideraciones".
Toda adicción es mala, ya sea la droga, la morfina o el idealismo.
Carl Jung
En el siglo XIX no existían restricciones del consumo y venta de las drogas, sin embargo es importante señalar que en 1879 se registra un primer intento en Estados Unidos y Europa (principalmente Inglaterra) por regular el uso y venta de algunas sustancias que se creía se dedicaban a la salud. No obstante, esta restricción se limitó a establecer que la venta de ciertas drogas (mariguana y adormidera) sólo se hiciera bajo receta médica. La restricción alcanzaba también al opio y sus derivados, así como al toloache.
Algunas drogas son hijas del capitalismo del s. XIX; por ejemplo, la morifna y la heroína. En Inglaterra el opio tenía una función importante en el proceso de trabajo capitalista del siglo pasado. La guerra del opio muestra la ferocidad del capitalismo inglés para subordinar a sus colonias, al precio que sea necesario con tal de intercambiar sus productos con el mercado chino...
Resulta interesante señalar, como en las últimas décadas de este siglo, se lleva a cabo una batalla entre médicos y farmacéuticos contra curanderos y herboristas. El principal objeto de la disputa es el control del incipiente monopolio de los primeros sobre las drogas.
2. Breve guía de paraísos artificiales.
Esta es una clasificación de las drogas según sus efectos. Está guía es un auxiliar para la búsqueda de "efectos" según las necesidades de cada consumidor. Recuerden que "la absoluta sobriedad no es un estado natural o primario en el hombre":
Narcóticos: Alivian el dolor y estimulan la"diversión", ya que provocan euforia según el grado de felicidad del consumidor. Crean dependencia física. Los más conocidos son el opio, la morifna, la heroína y la codeína.
Hipnóticos: Ocasionan sueño y estupor. Reducen la ansiedad. Pueden tener efectos secundarios perjudiciales. En este grupo se encuentran el cloral, el sulfonal, los barbitúricos y las benzodiacepinas.
Estimulantes: Ocasionan excitación y aumentan la energía física y mental, pueden ocasionar trastornos psicóticos. La cocaína y las anfetaminas son los principales estimulantes, pero también está la cafeína, el tabaco, el betel, el té, el café, el chocolate, el qat y el pituri, entre otros.
Embriagantes: Se obtienen mediante sintésis química: el alcohol, el cloroformo, el éter, la bencina, los disolventes y otro reactivos volátiles. En el caso del pulque, éste se obtiene mediante fermentación.
Alucinógenos: Ocasiona perturbaciones complejas en la percepción visual, auditiva y otra, y posiblemente trastornos psicóticos agudos. El alucinógeno más empleado es el cannabis (mariguana). Otros el LSD, la mescalina (como el peyote), ciertos hongos, el beleño y la belladona.
3. Las drogas en México.
En México, es sólo hasta el porfitiato cuando el uso placentero de drogas adquiere una connotación delictiva, por lo que se pretendió establecer un control gubernamental, sin conseguirlo. Históricamente, el discurso presidencial sobre el abuso de la ingesta de alcohol y el alcoholismo inicia con el presidente Porfirio Díaz. El cual tomó medidas contra la embriaguez y apoyó la educación pública con el objetivo de conseguir evitar el abuso de la ingesta de alcohol; aunque no se tomó legislación sobre el tema, sólo en cuanto a la recaudación de impuestos.
Hacia 1900 todas las drogas conocidas se encuentran disponibles en farmacias y droguerías, pudiéndose comprar también al fabricante por correo. Esto sucede también en el resto del mundo. La propaganda que acompaña a estos productos es igualemente libre.
Durante el gobierno de Francisco I. Madero no se efectuaron medidas concretas, sólo algunas disposiciones para regular la producción de bebidas alcohólicas. Es a partir de la opinión pública basada rn promesas de solución de problemáticas que enfrenta cotidianamente la población.
Botica
4. Algunas "consideraciones".
Es interesante resaltar que en el siglo XIX y principios del XX el café era considerado como un vicio que "causa extravíos mentales" como señalan algunos investigadores. Actualmente, esa percepción no ha cambiado del todo. No obstante, en aquella época el café se asociaba al exceso y a la vida orgiástica. En un artículo recordatorio de 1897, Juan de Dios Peza dijo que Manuel Acuña gustaba al final de sus días tomar un café espeso, "al que llamaba Manuel Flores “el néctar negro de los sueños blancos'". El café es un vicio delicioso, como todos los vicios.
